Película dirigida por Marcus
Dunstan (The Collector, The Collection), cuyo guión fue co-escrito por Josh
Sims y Jessica Sarah Flaum. Se estrenó en VOD durante el mes de agosto,
mientras que su salida en formato físico se dio el pasado 8 de octubre.
Sinopsis:
Un grupo de amigos universitarios
rentan un Airbnb para el festival de música más grande del año, aunque un fin
de semana de fiesta pronto se convierte en una pesadilla cuando cada miembro
del grupo va siendo asesinado uno por uno.
Comentarios generales:
El caso de Marcus Dunstan es uno
peculiar debido a que si bien su curriculum incluye trabajos como guionista en
una franquicia tan importante como Saw o una participación en la serie Into the
Dark, lo cierto es que la mayoría de la gente lo ubica por “The Collector” y su
secuela. Lo cual ha originado que desde hace más de una década los fans solo estén interesados en saber si finalmente se llevará a cabo la tan
ansiada tercera entrega, un sueño que parece cada vez más lejano y con #AMFAD: All My Friends Are
Dead probablemente empiecen a existir dudas sobre si en verdad será buena idea que la
haga.
Y es que Dunstan nos trae un
slasher en el que trata de replicar de cierta forma lo que hemos visto en su
trabajo insignia, pero la realidad es que falla de manera importante en
aspectos fundamentales para hacerlo interesante desde el primer minuto. Contándonos
una historia que se sustenta en la dependencia a las redes sociales por parte
de las generaciones más jóvenes y así presentarnos a unos universitarios que
harán cualquier clase de tonterías para conseguir fama, siendo esto básicamente
lo que predomina durante un primer acto que en ningún punto trata de construir
algún tipo de suspenso sólido y solo se limita a hacerte saber de la manera más
insípida posible que alguien está vigilándolos con oscuras intenciones.
Así avanzan las cosas de manera
aburrida y muy genérica hasta que llega la primera muerte, la cual muestra de inmediato otro
gran problema debido a que pareciera que el director solo se la quería sacar de
encima y la realiza con una rapidez un tanto inusual que no le permite tener el
impacto que debería. Iniciando con esto una dinámica en la que se mezcla drama
juvenil con asesinatos poco imaginativos sin que en ningún momento se logre generar algo de tensión que haga de estos entretenidos, además de que para este punto no solo el tema
de las redes sociales queda en el olvido, sino que uno más o menos se puede ir haciendo
una idea de quién podría estar detrás de la masacre por simple descarte y ante
eso cada situación se siente menos relevante.
Un problema que incluso resulta
más marcado durante una parte final en la que todo se limita a una persecución
en un sótano que añade cierta intensidad e impacto, pero no lo suficiente como para
salvar las cosas. Dejándonos ante un cierre con una revelación final que, si
bien no trata de irse por lo sencillo, lo cierto es que es blanda y se siente
demasiado forzada.
Las actuaciones no son las mejores,
por ahí un par de actores hacen una labor decente con lo que tienen pero la
realidad es que ninguna logra aportar nada significativo a la película.
Mientras que en producción tampoco tenemos demasiadas cosas para destacar: el
trabajo de fotografía es regular, la dirección de arte está bien, el score es
genérico, el trabajo de sonido no tiene fallos, los efectos cumplen y la labor
de maquillaje es discreta.
* Cuenta con una escena a la
mitad de los créditos
Opinión final: #AMFAD: All My
Friends Are Dead es mediocre. Un slasher sin chispa que se volverá irrelevante
en poco tiempo.
Ojometro:
**