Película de terror dirigida por los hermanos Colin y Cameron Cairnes. Un conductor de TV en decadencia busca generar impacto en un especial de Halloween.
Por Nicolás Bianchi
Titulada Late night with the devil en su idioma original y El último late night en España, esta película ofrece una propuesta estética y narrativa realmente consistente. Por un lado, homenajea o recrea la puesta en escena de los shows de medianoche del siglo pasado. Al mismo tiempo, cuenta una noche de terror que va in crescendo a partir de un personaje un tanto enigmático.
El protagonista en cuestión es Jack Delroy (David Dastmalchian, en un trabajo destacado), un conductor de TV que afronta problemas personales y profesionales. Por un lado, su show está en peligro ya que, desde hace tiempo, los ratings están a la baja. Además, recientemente ha fallecido su mujer. De hecho, el último programa que ha logrado cierta repercusión presentó una conversación entre él y Madeleine (Georgina Haig), ya convaleciente.
De esta manera, el film introduce sutilmente un elemento importante. Hay un interrogante que se posa sobre Jack. Podría pensarse que todo lo que hace está orientado a conseguir más rating, incluso a costa de exponer a su amada en una situación terminal. Unos meses después de este episodio sucede el especial de Halloween en el que se basa la película.
Para contar esta historia hay una combinación entre lo que salió al aire y vídeos, tipo found footage, que muestran lo que sucedía cuando se emitían los cortes publicitarios. Este recurso no está muy bien logrado pero tampoco importa. La película podría haber evitado declamar que se trata de material encontrado. No hace ninguna diferencia. En cualquier caso, este especial de Halloween se presenta como la última oportunidad de Jack Delroy para retomar la senda del éxito.
El formato del programa recrea a los late night del siglo XX, con banda en vivo y un apuntador, Gus (Rhys Auteri), que acota comentarios graciosos y sufre las bromas del conductor. A su vez, los invitados para el especial de Noche de Brujas son el mentalista Christou (Fayssal Bazzi) y la parapsicóloga June (Laura Gordon), quien ha adoptado a la niña Lilly (Ingrid Torelli). Supuestamente, esta pequeña ha sido rescatada de una secta y convive con una presencia extraña en su interior. Por último, en el panel está Carmichael (Ian Bliss), un ex ilusionista que se dedica a denunciar engaños y fraudes. Su papel es el de confrontar con los invitados del programa.
Durante el programa y los cortes, la tensión y los problemas aumentan poco a poco. En todo momento, el conductor Jack está pensando en qué hacer para conseguir más audiencia. El resultado es un film muy entretenido que incluye algunas escenas de alto vuelo. Además de Dastmalchian en el rol de Jack es formidable el papel de Lilly, la niña poseída. En cuanto a lo estético, lo menos logrado son algunos efectos especiales que buscan recrear a los que se usaban en la época en la que transcurre la película. De todas maneras, De noche con el diablo es una película de terror sólida que funciona de principio a fin.
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