The devil´s bath, en inglés, es una película austríaca basada en una tesis de una historiadora sobre la vida en los estados confesionales de Alta Austria en la segunda mitad del siglo XVIII.
Por Nicolás Bianchi
Los directores austríacos Severin Fiala y Veronika Franz cuentan con una trayectoria considerable al frente de películas de terror. Este saber hacer se combina, en este caso, con un libro de historia a cargo de la académica Kathy Stuart. Se trata de Suicide by proxy in Early Modern Germany: Crime, sin and salvation, editado por Palgrave Macmillan en inglés.
El tema de este trabajo son los casos de suicidio en esta región de Europa que se realizan a través de un proxy, que en castellano se podrían llamar como sustitutos. Es decir un suicidio indirecto. De hecho, el film comienza con una escena impactante en la que una mujer lleva a cabo esta acción sustituta. Después, se entrega ante las autoridades de esta localidad rural y es ejecutada.
Mientras el espectador se repone de este primer shock inicial, el film comienza a mostrar distintas acciones de la vida cotidiana en una comunidad de campesinos que vive en una zona boscosa. La protagonista Agnes (Anja Plaschg) contrae matrimonio con Wolf (David Scheid). Durante el día de festejo el marido le muestra a su mujer una casa que ha comprado para que vivan en el bosque, cerca de su familia. La vivienda, para las posibilidades de la época, parece bastante amplia, pero Agnes no está convencida.
Esta es la primera muestra de disconformidad o conflicto que se introduce en esta pareja. En seguida, el problema pasa a ser otro. La forma de concretar el matrimonio es tener hijos. Ahora bien, Wolf no se muestra dispuesta a mantener las relaciones necesarias para conseguir ese objetivo. Además, la madre de este muchacho, Ganglin (Maria Hofstätter) se entromete en la vida de la pareja y complica a diario la vida de su nuera.
Mientras tanto, la película muestra con gran destreza y belleza visual la vida de esta comunidad. Todos pescan en un río cercano. Además, las mujeres lavan la ropa en un arroyo. Cuando es necesario, se realizan tareas agrícolas. Todo esto está mostrado de manera realista, pero también con cierto vuelo artístico. De hecho, hay algunas tomas que son pictóricas.
Detrás de esta vida campesina están las pequeñas marcas del poder, que nunca se revela del todo. La mujer ejecutada al principio es mostrada en una especie de altar para que el mensaje perdure mientras la carne se descompone. Su cabeza degollada es colocada en una jaula junto al cuerpo. Se trata de una imagen que funciona como síntesis de lo que propone la película: cabezas dentro de jaulas. Por esta y otras cuestiones, como el ambiente creado para narrar, la película se inscribe en el género del terror. Ahora bien, Des teufels bad es mucho más que un film de terror.
La narración prepara su argumento a fuego lento. Durante buena parte del film es probable que el espectador espere el momento de lo sobrenatural, la aparición de un elemento que explique lo que se ve en pantalla. Pero lo que se revela es mucho peor y más terrorífico. El film de Fiala y Franz fue presentada en la Berlinale y seguramente sea una de las producciones más interesantes de 2024.
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