Película dirigida por Aaron
Fradkin, quien comparte créditos como co-escritor del guión junto a Victoria
Fradkin. Se estrenó en VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 24 de
septiembre, mientras que su salida en formato físico está confirmada para el 26
de noviembre.
Sinopsis:
A lo largo de 60 años, tres
residentes de una casa maldita descubren a una bruja inmortal que vive debajo de
esta con una insaciable sed por almas vivientes.
Comentarios generales:
Honestamente no sabía mucho sobre
Beezel hasta hace un par de días, pero su trailer hizo un muy buen trabajo para
vendérmela debido a que encontrar películas interesantes de brujas este año ha
sido complicado. Además de cierta forma también tenía un aire a “Evil Dead” que
resultaba difícil de ignorar y si bien no está ni cerca de replicarlo, si
podemos encontrarnos con un trabajo que tiene algunas cosas para no decepcionarte
totalmente.
Y es que lo traído por Fradkin se
maneja como una antología sin que lo sea, dividendo su historia en tres partes
para ir profundizando de a poco sobre lo que ocurre dentro de la casa a lo
largo de tantos años y cómo se ven afectadas las personas que viven en esta.
Siendo la primera parte la mejor de todas debido a que no solo explica de
manera concisa la situación ligada a la bruja, sino porque logra generar
una atmósfera llena de tensión gracias al extraño comportamiento de Harold y por
lo mismo se puede establecer un tono oscuro que ayuda de manera importante a
solidificar la constante sensación de riesgo dentro de ese lugar.
Un aspecto que beneficia a la
segunda parte, la cual es la más simple en su desarrollo pero la que sabe
explotar de mejor forma los elementos clásicos del terror para que en ningún
momento la protagonista esté cómoda dentro de un escenario que, ahora sí, guarda
peligros más palpables y deja algunos momentos visualmente interesantes. Aunque
también es a partir de aquí cuando los detalles sobre la bruja empiezan a
volverse un tanto vagos y no se les da demasiado seguimiento para añadir más
sustancia, reflejándose esto en una última parte que es indudablemente la más
floja por lo vacía que se siente.
La cual, para empeorar las cosas,
integra elementos de found footage a la ecuación y con ello el ritmo se vuelve
un problema dado a que lo que domina la pantalla es un largo y tedioso
drama marital con dos personajes sin nada de química. Donde se pueden
notar algunos ligeros intentos por tratar de construir momentos de tensión, así
como de generar algo de shock; sin embargo, nada de esto evita que el cierre se
sienta un tanto acelerado y carente de un mayor impacto.
Sobre las actuaciones hay que
decir que hay demasiados contrastes dependiendo de las historias, siendo Bob
Gallagher (Harold Weems) quien logra dejarte una mayor impresión. Mientras que en
producción tenemos una factura discreta en general: el trabajo de fotografía es
sólido, el trabajo de sonido es de buena calidad, los
efectos son simples y la labor de maquillaje cumple.
Opinión final: Beezel está
aceptable. Película con ciertas cosas interesantes que no está de más el darle una
oportunidad.
Ojometro:
***