Película dirigida por Monika
Mitchell, cuyo guión fue co-escrito por Miriam Lyapin y Helen Marsh. Se estrenó
directamente en Tubi el pasado 9 de mayo, aunque no se sabe si saldrá en
formato físico.
Sinopsis:
Una joven influencer se cruza con
una invitación a una fiesta VIP que no era para ella y cae dentro del lado más
oscuro de la industria, donde vale la pena matar para guardar los
secretos.
Comentarios generales:
Independientemente de la calidad
de estas, lo cierto es que las películas de Tubi son una de las válvulas de
escape para algún día que no pueda ver otra de mayor perfil por diversas
circunstancias. Simplemente hay muchas opciones y eso es positivo, aunque también es verdad que lo más probable es que te encuentres con
algo que apenas cumple con lo mínimo indispensable para considerarlo mirable y
ese es el caso de Deadly Invitations.
Un thriller con el cual Mitchell
no se rompe la cabeza y solo se limita a llevarlo de la manera más limpia
posible debido a que en ningún momento se tienen intenciones de hacer algo que
pueda trascender más allá del servicio de streaming gratuito. Poniéndonos
frente a una historia cuyas intenciones son mostrarnos el lado oscuro del mundo
del entretenimiento por medio de un misterio endeble cuyo sustento es una
adolescente rebelde poco carismática, quien nos lleva a determinadas
situaciones que no presentan nada interesante y solo tratan de añadir la
cantidad de contenido suficiente como para que la primera mitad de la película no
se sienta una total pérdida de tiempo.
Una tónica que se mantiene para
la segunda mitad, aunque aquí tratan de elevar un poquito la apuesta al
incrementar la sensación de peligro que viven tanto ella como su madre, lo cual
ayuda a que por lo menos la amenaza resulte más sólida. Lo malo es que esto no
se aprovecha de la mejor manera debido a que para este punto ya es muy obvio quién
es el asesino y por lo consiguiente todo lo que ocurre se vuelve predecible,
provocando así que cada nueva escena que lo involucre se sienta sin relevancia
y gracias a eso la experiencia en general resulte increíblemente aburrida ante
lo cansino del ritmo que se origina de forma natural.
Algo de lo que probablemente se
dieron cuenta dentro de la sala de edición porque para la parte final aceleran
las acciones con la esperanza de ofrecer un desenlace ágil. Sin embargo, la
manera en la que construyen lo que se supone es la situación más tensa de todas
es terrible y lo que debería de ser un cierre caótico se queda como uno carente
de emoción.
Las actuaciones son bastante
pobres y probablemente lo único que más o menos sorprende es la presencia de Natalie
Brown (Alex). Mientras que en producción tenemos lo esperado de las
producciones de Tubi: el trabajo de fotografía es aceptable, la dirección de
arte muy básica, score genérico, el trabajo de sonido cumple y todo lo relacionado
a efectos/maquillaje es ínfimo.
Opinión final: Deadly Invitations
es mediocre. De esas películas desechables de la que no te acordarás en
un par de días.
Ojometro:
**