Secuela escrita y dirigida por
Parker Finn (Smile). Se estrenó en cines tanto en México como en los Estados
Unidos los pasados 16 y 18 de octubre, recaudando hasta la fecha $46 millones
de dólares en taquilla a nivel mundial.
Sinopsis:
A punto de embarcarse en un tour
mundial, la estrella de música pop Skye Riley (Naomi Scott) empieza a experimentar
una serie de inexplicables y aterradores eventos. Una situación que, al
combinarse con las presiones de la fama, la forzarán a tener que enfrentar su
pasado.
Comentarios generales:
Hace dos años “Smile” tomó a
todos por sorpresa con una campaña de publicidad fantástica que la posicionó
como una de esas películas que le interesaban incluso a aquellas personas que
usualmente no ven cine de terror, convirtiéndola en un fenómeno que para
nuestra fortuna tuvo buenos resultados. Por ello es que no fue sorpresivo que anunciaran una secuela, era algo lógico; sin embargo, la búsqueda por tratar de
replicar dicho fenómeno iba a ser complicada ya sin el factor sorpresa y eso se notó desde el lado promocional, aunque si logró superar a su predecesora en todo lo demás.
Y es que con Smile 2 lo que hace
Parker Finn es tomar las cosas que funcionaron hace un par de años atrás y
potenciarlas para contarnos una historia en la que el trasfondo sobre la
esquizofrenia obtiene más relevancia, pero sin dejar de lado los elementos
necesarios para añadir un terror convencional que ayude a generar dudas en todo
momento por medio de un personaje tan vulnerable como lo es Skye Riley. Cuyos
problemas físicos y emocionales facilitan que se pueda imprimir un nivel de
intensidad alto desde temprano con el propósito de que la sensación de peligro alrededor
de ella siempre esté presente, incluso durante sus actividades de estrella pop
que igualmente sirven como una vía para construir algunos momentos de
incomodidad bastante efectivos.
Ante esto la acumulación de
tensión se va dando de manera progresiva conforme la inestabilidad de nuestra
protagonista empieza a ser más agresiva en pantalla durante el segundo acto,
donde poco a poco se va generando una atmósfera agobiante que en cada momento
te hace cuestionar sobre si lo que ocurre en verdad es algo con tintes
sobrenaturales o solo un problema médico. Lo cual afortunadamente el director
es lo suficientemente hábil como para nunca revelarlo y aprovecha esto no solo
para mostrarnos situaciones que generan un ritmo agradable o jumps scares bien
pensados, sino también para brindar un poco más de contexto sobre el origen de
la vulnerabilidad de Skye y con ello establecerla como un personaje un tanto
grisáceo que no está tan exento de culpas.
Preparando así todo para una
parte final en la que la burbuja de tensión que se fue acumulando por fin explota
y eso nos lleva a un caos muy entretenido en el que distinguir entre la
realidad y la locura ya no resulta tan sencillo. Dejándonos ante un desenlace sumamente
intenso que aclara las cosas que debe y además no ofrece un cierre que abre la
puerta a varios posibles escenarios futuros para la franquicia.
Con respecto a las actuaciones
hay que decir que este es el show de Naomi Scott de principio a fin. La chica
en verdad está impecable en su papel de pop star paranoica debido a que puede
sostener su locura por casi dos horas sin mayores contratiempos, pasando por
diversos estados de ánimo que la vuelven un personaje no precisamente para
empatizar, pero si para que te importe en todo momento lo que le puede llegar a
ocurrir.
Y sobre la producción, nuevamente
tenemos una factura de primer nivel: el trabajo de fotografía es muy bueno, la
dirección de arte está bien cuidada, el score es un gran complemento, el
trabajo de sonido vuelve a ser increíble, los efectos son de buena calidad y la
labor de maquillaje sólida.
Opinión final: Smile 2 me gustó
bastante. Uno de esos casos en los que la secuela supera en absolutamente todo
a la original.
Ojometro:
*****