Película dirigida por Spenser
Cohen y Anna Halberg, quienes comparten créditos como co-escritores del guión
junto a Nicholas Adams. Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos el 10 de mayo, mientras que en México hizo lo propio el pasado 16 de mayo; recaudando
hasta la fecha $29.9 millones de dólares en taquilla en nivel mundial.
Sinopsis:
Cuando un grupo de amigos violan
la regla más sagrada de las lecturas del Tarot, sin saberlo liberan a un ser
maldito que estaba atrapado en las cartas. Haciendo que uno por uno tenga que
enfrentar su destino y una carrera contra la muerte.
Comentarios generales:
Si hay un tipo de clasificación
en la actualidad que me genera ciertas dudas sobre cualquier película de terror
es la PG-13, no tanto porque eso signifique que será mala de manera automática,
sino porque normalmente es una clasificación buscada por los estudios con el
fin de tener un producto mucho más amigable con el publico general. Algo que
desde el punto de vista de los negocios tiene sentido, pero en lo creativo
significa una limitante con lo que se puede mostrar en pantalla y afectar el
producto final, tal como es el caso con Tarot.
Ya que lo traído por Cohen y
Halberg es de esas propuestas de corte genérico en las que no se toma ningún
tipo de riesgo, contándonos una historia que en el fondo es muy similar a
algunas otras (“Final Destination” es el ejemplo más claro) y cuyo único punto
de posible diferenciación es el propio tarot. Lo cual ciertamente es un añadido
que proporciona frescura en cuanto al concepto, aunque durante el primer acto
solo lo limitan a cuestiones básicas para conocer un poco más a fondo a un
grupo de personajes que no son demasiado interesantes y cuyas interacciones
solo hacen que el ritmo sea lento.
Ante esto realmente es hasta que
se da la primera muerte cuando la película puede explorar de mayor manera lo
que está ligado al tarot, poniendo sobre la mesa a una serie de monstruos que
visualmente aportan cosas interesantes y por momentos ayudan a generar una
atmósfera oscura efectiva; sin embargo, al tratarse de una propuesta para el
publico general jamás se les explota de una forma más llamativa en cuanto a la
violencia en pantalla. Quitándole gran impacto a las muertes y llevando a una
dinámica repetitiva que, en su afán por querer acelerar las cosas, no permite
que se profundice de manera significativa sobre lo que hay detrás de la
maldición y por ende todo lo que ocurre se siente hueco.
Dejándonos así ante una parte
final con la que ya no tienes ninguna expectativa, aunque eso mismo hace que
termine siendo la parte más entretenida dado a que lo que sea que presenten ya
es ganancia. Y en general el desenlace por lo menos trata de imprimir otro tipo
de intensidad y eso junto con el buen despliegue de efectos logra que por lo
menos no te quede una sensación de indiferencia más marcada.
Las actuaciones no diría que son
terribles, más bien se acercan al estándar de muchas películas de terror
modernas desechables, pero sin duda Jacob Batalon (Paxton) si puede terminar
siendo un fastidio. Mientras que en producción tenemos lo más rescatable: el
trabajo de de fotografía es sólido, la dirección de arte no está mal, el score
es genérico, el trabajo de sonido es limpio, los efectos cumplen y la labor de
maquillaje es de buena calidad.
Opinión final: Tarot es
decepcionante. Película genérica cuyo mayor punto fuerte no lo saben
aprovechar.
Ojometro:
**