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El director estadounidense Jeremy Saulnier ha pulido un estilo propio para contar historias algo sórdidas donde se combinan factores como el drama, la acción y el terror.
Por Nicolás Bianchi
Alaska es un escenario particular que aporta un halo especial a historias como las que cuenta Saulnier en Noche de lobos o Hold the dark. Está claro que no importa si la película ha sido filmada o no en el estado más septentrional de Estados Unidos. Lo que sí es relevante es lo que ese espacio significa a nivel conceptual (de hecho este film se realizó en Canadá, Alemania y Marruecos). Se trata de una gran masa de territorio con un clima muy hostil, con bosques que pueden esconder sorpresas y habitantes no del todo dados a las relaciones humanas.
Gran parte de la trama transcurre en el imaginario pueblo de Keelut y sus alrededores. Allí habita la familia Slone, compuesta por Medora (Riley Keough), Vernon (Alexander Skarsgard) y su pequeño hijo Bailey. El punto de partida es una tragedia. Supuestamente, una manada de lobos ha hecho desparecer al niño. Por este motivo, Medora convoca a Russel Core (Jeffrey Wright), un experto en este tipo de animales.

Entonces, a partir de este personaje que viene desde afuera, el film adentra a los espectadores en un mundo totalmente extraño y particular. Mientras esto sucede, Vernon se encuentra en un tour en Medio Oriente con el ejército de Estados Unidos. Se trata de un soldado implacable tanto con las armas de fuego como con los cuchillos. Además, este hombre sigue preceptos morales rígidos. Saulnier instala estas características del personaje con dos escenas de alto impacto. En la primera, el militar cumple con su tarea al abatir a varios enemigos. En la segunda, reduce con un cuchillo a un compañero que está violando a una mujer local. En vez de terminar él con la faena, le cede el arma a la víctima, para que disponga de la ejecución de su violador.
Cuando Vernon vuelve a Keelut se encuentra con distintas novedades. Su hijo no está y su esposa ha desaparecido. Además, hay un extraño, Russel Core, que busca a su hijo. La trama por momentos resulta desconcertante, aunque no en un sentido negativo. Keelut es un universo con personajes particulares como Cheeon (Julian Black Antelope), un amigo de Vernon cuya ha hija también ha sido llevada por los lobos. Este hombre guarda un gran resentimiento contra la policía que no ha prestado mucha atención a su caso.

Lo que hace Saulnier en Noche de lobos es combinar una historia policial con escenas propias de una película de acción y otras que remiten al terror. Además, todo esto se desarrolla en un ambiente copado por reminiscencias de mitología inuit (los habitantes originarios de Alaska). Puntualmente, el nombre Keelut remite a una bestia legendaria que ataca viajeros por las noches, que en Alaska pueden durar hasta 20 horas al día.
Si bien la película está basada en una novela de William Giraldi, Saulnier construye un universo propio. Las características de los personajes se asemejan a las que se presentan en otras películas del director. Además, se trata de un realizador con pulso para contar historias tensas que sorprenden y mantienen al espectador con ansias de saber qué es lo que va a suceder a continuación. Los mundos y las tramas que se presentan en los films de Saulnier funcionan muy bien. Todo esto distingue a sus películas de la mayoría de los policiales o las historias de acción mainstream de la actualidad.

Está en Netflix. Contacto: [email protected]m
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