Dirigida por James Watkins. Es una versión menor que convierte a un film de terror tenso y desesperante en un thriller más fácil de digerir.
Por Nicolás Bianchi
Hay dos posibilidades a la hora de hablar de No hables con extraños o Speak no evil, titulada de manera idéntica tanto en su versión original como en este caso. En primer lugar, se puede describir a esta película como un thriller más, con algunos aciertos y errores, que parece estar centrado en la competencia entre dos tipos de masculinidad. Siguiendo por este camino, el resultado es moderadamente aceptable o satisfactorio.
Ahora bien, como se trata de una remake, y encima de una película excelente, la crítica más certera se puede realizar a partir de otro enfoque. Ambas parten de un punto de partida similar. La pareja formada por Ben (Scoot McNairy) y Louis (Mackenzie Davis) conoce a Paddy (James McAvoy) y Ciara (Aisling Franciosi) en un hermoso resort turístico en Italia. Cada matrimonio tiene un hijo. Ben y Louis, estadounidenses que viven en Londres, son los padres de Agnes (Alix West Lefler). A su vez, Paddy y Ciara, que habitan en una finca en el campo, también en Inglaterra, tienen a Ant (Dan Hough). Este niño no habla por una extraña condición genética: su lengua no se ha desarrollado. Esta afección provoca que su personalidad sea sumamente introvertida.
En principio, las parejas y sus integrantes presentan distintas formas de ser. Ben y Louis son los que se comportan de manera correcta en cada situación. Ciara y especialmente Paddy son más enérgicos en todo. Hablan más fuerte, hacen más bromas, son más ruidosos. De vuelta en la ciudad, Ben y Louis atraviesan algunos problemas profesionales y de pareja. Entonces, deciden aceptar una invitación a pasar un fin de semana en la granja de sus amigos de vacaciones.
Las pequeñas señales de alarma que se habían manifestado en Italia respecto a Paddy, Ciara y Ant van a ir in crescendo. Entonces, el fin de semana de vacaciones de Ben, Louis y Agnes se convierte en otra cosa. Una diferencia central entre ambas películas es lo que se sugiere y se muestra. La versión original es mucho más ambigua, sutil e interesante en la construcción del problema. En cambio, la Speak no evil de Watkins deja todo en claro rápidamente y, además, lo subraya en distintas oportunidades. Es como si no confiara en el público.
Por otro lado, esta nueva e innecesaria remake construye una suerte de enfrentamiento entre dos maneras de ser varón. Paddy es musculoso, enérgico, desmedido, exagerado y tosco. En cambio, Ben se muestra adocenado y dubitativo. En su pareja, quien presenta un carácter más voluminoso es Louis. Lo mismo sucede con las actuaciones. McAvoy y Davies están en una sintonía sumamente expresiva y artificiosa mientras que McNairy y Franciosi conservan un tono más apagado.
Más allá de otros detalles, la otra divergencia central es el final. Watkins y su equipo cambian un desenlace con un impacto devastador por otro que carece por completo de potencia e interés. Todo se intenta ajustar con una última vuelta de tuerca que involucra a Ant. En definitiva, esta nueva versión de No hables con extraños es completamente menor, olvidable y mediocre. Nada que ver con todas las virtudes que presenta el film original.
Se estrenó en cines. Contacto: [email protected]