Película del subgénero folk horror de Daniel Kokotaljo. Una leyenda rural se comienza a hacer realidad.
Por Nicolás Bianchi
Starve Acre es una película cuidada y prolija que siempre se mantiene bajo control. Para funcionar, construye un pequeño mundo que resulta intrigante y establece un tono narrativo intencionadamente lento. Es como si las leyendas folclóricas tuvieran otro ritmo, más ancestral y menos vertiginoso.
La familia que protagoniza el film está compuesta por el arqueólogo Richard (Matt Smith, célebre a partir de su participación en la serie House of the Dragon) y Juliette (Morfydd Clark). Ambos, junto al pequeño Owen (Arthur Shaw), se mudan a una casa en medio de la campiña inglesa. Se trata de una zona en la que Richard ya ha vivido en el pasado, ya que parte de su familia es de allí.
El primer problema que se introduce en esta nueva vida tiene que ver con el pequeño Owen. El niño presenta una serie de conductas inapropiadas y agresivas. Mientras tanto, la película construye la idea de que hay otra cosa que está pasando de fondo y que podría estar directamente relacionada con estos episodios. Por decirlo de alguna manera, hay algo en la tierra de este lugar.
Este elemento de Starve Acre merece unas líneas, ya que revela cierta habilidad de parte del director. En principio, el monstruo de esta película de terror no tiene voz, forma ni cuerpo. Por lo tanto, está construido a partir de distintas tomas sobre el paisaje de esta zona rural. Entre los árboles, el bosque, los cercos de piedra que dividen las propiedades y el barro hay una suerte de entidad maligna. No se ve pero se siente, y esto el film logra contarlo con eficacia.
Para continuar es necesario revelar algunos spoilers. Por acción de este elemento ancestral el niño Owen muere repentinamente. Entonces, en el segundo acto se desarrolla una suerte de duelo. Richard y Juliette lucen cada vez más distanciados, como si estuvieran explorando distintos caminos para sanar su dolor. Mientras él se dedica a un proyecto de excavación en el mismo jardín de su casa, Juliette recibe la visita de su hermana Harrie (Erin Richards).
Starve Acre continúa contando el surgimiento de este mal de leyenda a medida que su trama se acerca al final. Para el momento del desenlace, todo está justificado. Y la espera rinde sus frutos (por lo menos debería ser así para los espectadores que disfrutan de estas películas de terror de buena calidad que se cocinan a fuego lento). En síntesis, es un film pequeño pero bien elaborado.
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