Fallida película de terror que sigue a un grupo de jóvenes que desatan a un demonio después de usar un viejo mazo de tarot.
Por Nicolás Bianchi
¿Qué puede esperar un espectador de esta película que se estrenó en cines con el nombre de Tarot de la muerte? Bueno, a juzgar por el afiche, el tráiler y la venta previa del film la propuesta es netamente de diversión. Aquí no hay un terror elevado sino, quizás, algunos sustos, estallidos de violencia e incluso un par de gags. Más allá de esta especulación, la película decepciona sin importar cuáles sean las expectativas del espectador.
Esta opera prima, dirigida y escrita por Spenser Cohen y Anna Halberg, cuenta con una trama bastante sencilla. Un grupo de amigos en edad universitaria ha alquilado vía alguna plataforma una gran mansión en las afueras de la ciudad. Tras una puerta cerrada con candado, que no deberían haber abierto, encuentran un viejo juego de cartas de tarot. Rápidamente, se instala la idea de que este tipo de elementos solo debe ser manipulado por su dueño o dueña verdadera.
Sin embargo, los jóvenes deciden romper esta suerte de imposición. En el grupo destacan Haley (Harriet Slater) y Grant (Adain Bradley), una pareja que recientemente se ha separado. Además, Paxton (Jacob Balaton, el amigo del Spiderman actual) ocupa el lugar del amigo gracioso. Los demás, queda claro rápidamente, no son más que carne de cañón. Cuando descubren el mazo Haley dice que ella sabe leer las cartas. Entonces, uno por uno los jóvenes desfilan frente a ella. Las predicciones son diversas pero, por lo general, son entre malas y muy malas.
El fin de semana termina y cada uno vuelve a sus tareas. Pero algo se ha despertado. Para continuar la reseña es necesario mencionar algunos spoilers. En primer lugar, hay un problema que es el monstruo. En verdad es uno pero es muchos. Esto se debe a que el monstruo del tarot adopta distintas formas. Se puede decir que cada personaje tiene su monstruo personal. No es una decisión que contribuya de alguna manera positiva a la película.
Por otro lado, el film ha sido diseñado para no obtener la clasificación R. Entonces, las muertes, que son una buena parte de la gracia de estas películas, casi que no se muestran. En el mejor de los casos, hay algo así como un antes y un después. Otro elemento que no contribuye con el resultado final es que no se deja ningún tipo de revelación para el tercer acto. Todo se explica antes. Entonces, lo único que queda para ver es el enfrentamiento final entre los personajes centrales y el monstruo.
A su vez, esto se puede conectar directamente con otro inconveniente. Haley, Grant y los demás no generan absolutamente nada. Son completamente genéricos. O sea, en Tarot fallan los sustos, la violencia y las sorpresas. Es una baraja sin una sola carta buena.
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